LOS MINUTOS MAS LARGOS DE MI VIDA



Todo comenzó la mañana del 24 de noviembre del 2018, siendo  ya las  7:00 de la mañana tenía un sueño  inmenso ya que la noche del día anterior me había desvelado solo por quedarme hablando con mi hermano quien había llegado de permiso a visitarnos y con el cual teníamos casi 5 meses sin vernos. De un momento a otro escucho el tono de mi celular al cual considere el tono más insistente y estresante que pude haber escuchado en ese momento, fijándome en la pantalla pude ver en él el número y nombre de mi hermano mayor el cual en ese momento estaba en Bogotá haciendo el curdo de policía. En ese momento lo considere importuno ya que mi sueño estaba en su parte más alta y el de la nada lo estaba interrumpiendo.

-¿Qué quiere? Le pregunté, casi entre dormida.

- Hágame un favor, necesito que más tarde vaya a la casa de Jhon y le pida los 500.000 pesos que le preste el mes pasado, yo ya hable con él y me dijo que usted podía pasar en las horas de la mañana por eso porque él en la tarde no va a estar y yo necesito eso con urgencia. Me dice él con cierto tono de amargura.

-Bueno, bueno yole hago el favor pero más tarde. Le respondí con el cabello en la cara, los ojos entre cerrados y casi envuelta entre las cobijas.

Colgué  y solté el celular, prendí el ventilador ya que en ese momento empezaba a hacer el calor insoportable de cada mañana y volví a caer en el sueño envolvente del cual me habían despertado.

Luego de un agradable sueño, siendo ya las 10:30 de la mañana me levante, tenía mucha sed lo cual creo que venia del largo tiempo que dormí y la larga conversación que tuve esa noche con mi hermano, así que, lo primero que hice fue ir a la cocina  y servirme un gran vaso de agua el cual me tome en un abrir y cerrar de ojos.

Tiempo después, ya habiéndome cepillado, bañado y ya habiendo aseado mi cuarto me acorde del favor que me había pedido mi hermano con urgencia y como era día festivo el banco cerraba a medio día. Salí despavorida a la casa de Jhon a recoger el dinero de mi hermano y de ahí al banco.

Ya estando en la moto camino al banco siento la vibración y el sonido del celular en mi bolso, busco donde puedo parar y veo el nombre y número de mi hermano  pero no le contesto porque sé que era para preguntar sobre el favor que me pidió y el cual aún no había hecho.

Mientras iba en la moto intentaba frenar lo menos posible, si podía pasaba los semáforos y esquivaba cada obstáculo que veía. Hasta que por fin llego al Banco, dejo la moto afuera  de él.

Entro y logro sentir un pequeño alivio al saber que logre llegar antes de que lo cerraran, me importó muy poco la larga fila que tenía que hacer, lo que no me esperaba es que esa  satisfacción y alivio me iba a durar muy poco.

La fila avanzaba a un buen ritmo, el ambiente a mi perspectiva era el típico de un  banco. Ya faltaban pocos minutos para que el banco cerrara.

En el momento menos esperado, en el momento en que el silencio era quien  dominaba en la habitación  entraron  dos hombres, todos pasamontañas cubriendo sus rostros  recién bajados de un carro en el cual cuando volteo a mirar había otro también con pasamontañas esperándolos.

De un momento a otro el señor que estaba frente a mí en la fila empezó a balbucear, pude notar que estaba temblando ya que el papel que tenía en sus manos en ese momento no paraba de moverse y casi se cae de sus manos, y se veía tan blanco como un papel.

-Buenas tardes don Rodrigo- dijo unos de los dos hombres encapuchados, y sacando una pistola los dos se fueron acercando rápidamente y sin titubear al hombre que estaba frente a mí.

Casi todas las personas que estaban en ese momento entraron en pánico y empezaron a gritar, la mayoría abandono la fila y se escondieron tras de las sillas del banco, otros se tiraron al piso con las manos en la cabeza, una señora y al parecer quien era su hijo se arrodillaron y solo pedían que nos les hicieran nada sabiendo que los asaltantes no iban contra ellos.

Los dos hombres se pararon uno frente al hombre que estaba frente a mí y el otro detrás mío, quizás para que este no intentara escarpar, y yo nerviosa y aun en shock sin darme cuenta quede en medio de un asalto.

-Es un gusto volverlo a ver Don Rodrigo sabe, creíamos que se nos estaba escondiendo- dijo el asaltante que estaba frente al hombre mientras lo apuntaba.

-Para nada -dijo el hombre. Es más en este momento estaba pensando en buscarlos, ya me pagaron así que puedo saldar la deuda que tenemos.

Cuando veo todo esto los nervios se terminaron de apoderar de mí, las manos de un momento a otro me temblaban sin que pudiera hacer nada para detenerlas y empecé a sudar. Cuando vi que los asaltantes seguían hablando con el hombre empecé a salirme lentamente de la fila, solo me quería  alejar de esa escena pero con un gran miedo dentro de mí a que me pudieran hacer algo. Y cuando menos me lo espero uno de los ladrones se queda mirándome.

-Checho, déjela salir de ahí- grito uno de los asaltantes al otro, para que quitara la cinta y pudiera salir.

Apenas este hombre hace esto salgo corriendo y me escondo detrás de las sillas del banco junto con otras personas que se encontraban allí.

Del miedo y los nervios no pude escuchar que le decían al hombre mientras lo amenazaban con la pistola, lo que si oía eran bastantes gritos, no solo de los asaltantes contra ese hombre sino de las personas que en ese momento están en el banco, igual o peor de nerviosas que yo.

Después de un tiempo los encapuchados forcejearon con el hombre y lograron quitarle el bolso que este tenía y  en el que al parecer portaba dinero o algo de mucha importancia para este. Cuando lograron quitarle el bolso con cierto tono de burla se despidieron de toda la gente del banco y del hombre al cual había acabado de robar.

-Muchas gracias por su tiempo y atención ¡que tengan un buen resto de día!- dijeron los encapuchados riéndose y burlándose abiertamente.

En un abrir y cerrar de ojos salieron y se montaron al carro que los estaba esperando. Las personas que nos encontrábamos en el banco en ese momento aun estábamos en completo desconcierto y el hombre al cual habían acabado de “robar” estaba ahí parado desesperado, jalándose los pelos de la cabeza y caminado de un lado para otro.

En el momento menos pensado dijo en voz alta  - esto no se puede quedar así. Y sin más salió rápidamente del banco y se fue en dirección en la que segundos antes se habían ido los encapuchados.

La totalidad de la gente se levantó del piso, salió de detrás de las sillas y empezaron a hablar sobre lo sucedido, las señoritas que atendían el banco salieron y nos informaron que la policía venia en camino y que por favor continuáramos de forma ordenada y tranquila la fila. Atendiendo las indicaciones de la señorita todos seguimos normalmente la fila aunque aún había gente nerviosa y varios seguían hablando de lo sucedido.

Minutos después llegó la policía y empezaron a preguntar a cada uno de los que en ese momento nos encontrábamos allí sobre lo sucedido, nos preguntaron por las características físicas de los hombres, el acento de estos,  si algo nos pareció extraño, como fue la actitud del hombre al que robaron y también nos pidieron características de este.

Al final de todo lo sucedido llego mi turno del pasar a la caja, después de todo lo sucedido tan inesperadamente, después del afán y el miedo llego mi turno. Pude al final de todo realizar normalmente la consignación y hacerle el favor que tan urgentemente necesitaba mi hermano a pesar de todo lo sucedido.